Evelin Valdez.
Han pasado muchos meses desde que inició la crisis de salud a nivel mundial, con nombre y apellido, Covid 19, la cual a nadie le presentó un manual de como enfrentarla y escapar de ella, sólo llegó, se acomodó y aquí está invadiendo propiedades, sin pagar alquiler.
Los principales medios de comunicación locales e internacionales solo hablaban de la enfermedad que había llegado de la cual nadie sabía como era.
Los científicos y médicos con las manos en la cabeza, sin saber como actuar, por donde empezar, como sanar aquellas personas que llegaban a las emergencias de los hospitales, solo decían que es parecido a una gripe, pero, no sabemos como combatirla.
En este punto del globo terráqueo, una isla, no tan pequeña, se reía al escuchar de eso, diciendo eso no existe, es solo habladurías de los partidos políticos, para asustar a las personas, ya que estamos en un año electoral.
Una fiesta de ricos, donde vistieron a los camareros con guantes y cubrebocas, los “souvenirs” fueron jeringas, una burla para el Covid 19, de allí resultaron muchos infectados y una luz se apagó, la diseñadora de modas, Jenny Polanco quien no pudo ganarle el juicio a ese virus.
El 17 de marzo el estado Dominicano toma la decisión de cerrar el país, solo dejando los servicios básicos abiertos, salud, comida y justicia.
Lo nunca antes visto, aquellos conscientes de lo que pasaba se pusieron una mano en la cabeza y la otra en la cintura solo con una pregunta. ¿y ahora?.
Para otros solo era un juego algo pasajero, tiempo libre en sus casas, con un sueldo auspiciado, parte por sus jefes otra parte por el Estado, pero las cosas se fueron complicando.
Al pasar por las calles se podían ver las grandes filas en los diferentes comercios que dispensaban comida, horas de sol para comer, las clínicas abarrotadas de pacientes con síntomas y otros con miedo.
Pasaban los días y el ministro de la salud, con una rueda de prensa diaria alarmaba a la población con cifras elevadas cada dia, de aquellos infectados, fallecidos y quienes estaban en cama luchando por sus vidas.
Una mañana corrió la voz, que el doctor Luis Cruz Jiminian, tenía con el virus, el filántropo, se encontraba luchando por su vida sin saber con que luchaba y con que luchar.
Este simple mortal quien había salvado muchas vidas, no podía hacer nada por la suya, quedaba en manos de Dios y del hombre.
Los días en el calendario no se detenían, las agujas del reloj continuaban su marcha, se leían los comentarios en las redes sociales, de aquellos que entendían que los días eran eternos.
Al transcurrir varios meses de iniciar la batalla contra el virus mortal, las medidas fueron flexibilizando, abriendo comercios, restaurantes y bares a medio tiempo, parques, entre otros.
Todos creían que las cosas iban a comenzar a coger su tono, los dueños de colmados, supermercados y otros dispensadores de comida cruda, felices en términos económicos, puesto que fue lo único que en vez de caer siempre se mantuvo en pie sin mirar a lo que pudiera pasar, (a la fecha han creado sucursales).
Una lucha de voces de quien es el responsable de la propagación del virus. ¿El Gobierno o el pueblo?
Cada quien ha jugado su rol, el Estado buscando soluciones, para evitar más contagios y el pueblo buscando la forma de seguir viviendo sin pensar en la situación.
Se acercaba una fecha importante para el mundo, las navidades, donde todos quieren estar cerca de sus seres queridos, para disfrutar de estas fechas tan importantes.
Algunos compraron vuelos para regresar o salir del país, sin saber que el destino tenía una jugada diferente para todos.
Una cena de Nochebuena y un fin de año, solo con con quien estaba a tu lado en las cuatro paredes, ya que las medidas de prevención dictadas por el Estado a última hora fueron tan drásticas que no dejaron otro camino que esperar un cambio de año junto a la almohada.
Como si se tratara de un punto al otro lado del mundo, pero en la misma isla, la situación fue distinta, aquellos que entienden que el virus no cruza mares y se puede comprar con dinero, se olvidaron de todo tipo de restricción, reunidos con fiesta y mañana gallo, en los hoteles del Este del país, para esperar el fin de año, grabaron videos, para mostrarle al mundo que ellos sí pueden.
En medio de una crisis como esta, debemos apegarnos a las normas dictadas por las personas que manejan esos datos, para poder volver a juntarnos sin mascarillas o bozales, debemos aprender que esta crisis no es de uno solo, es de todos y por ende, todos debemos luchar.
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