Por EVELIN VALDEZ
Cuando se dura tiempo sin una relación, aprendes a valorar tu libertad, a que no te restrinjan nada, volar como lo hacen los aves en el cielo, que a su paso dejan huellas intangibles. ¿Por qué tener un esposo? Si puedes tener un compañero de vida.
Cuando vas al diccionario y buscas la palabra esposa este es el significado:
Esposas-Objeto formado por dos aros metálicos unidos entre sí por una cadena, para sujetar por las muñecas a los presos.
Eso es lo que quieres, vivir atado a una persona, por el simple hecho de demostrarle a la sociedad que estás casado (a), debes aprender a convivir con alguien, sin ataduras, sin coartar su libertad, sin cambiar su forma de ser, haciendo a un lado su mundo para vivir el tuyo.
Cuando de machismo hablamos, cuantas cosas salen a relucir:
En República Dominicana cuando contraes matrimonio, pasas de ser hija de tu madre, a ser del señor X, mientras que en otros países más desarrollados, pierdes tus apellidos para llevar el de él y ellos cuando llevaran el apellido de la mujer.
Pero en fin, este no es el tema, aquí de lo que hablamos es de la libertad de cada quien, ojo, no se está planteando libertinaje, eso jamás, hablamos de tener un compañero de vida, alguien que esté ahí para cuando el otro lo necesite.
No es solo, de un lado de la cama, ambos tienen el mismo derecho, de elegir a sus amistades, forma de vestir, gustos culinarios, equipo de pelota, tipo de música entre otras cosas.
Llegar a casa y encontrar a ese compañero para contarle las cosas buenas y no tan buenas que nos pasan durante el día, no tiene precio, reírse juntos de aquel episodio con esa persona que te “sacó de quicio” y a la vez te hizo el día, es sin lugar a duda la mejor aventura.
Las distancias las creas tú, en ocasiones estando bajo el mismo sol, esos buenos días, no tienen precio, esos detalles que solo la vida te puede regalar sin costo alguno, disfrutar de una atardecer en un parque, viajar juntos, “reírnos de cosas que no dan risa” y mirar como la luna nos regala unas nueva oportunidad.
Un compañero debe ser más que eso, debe ser el motor de arranque, que cada día 26 del mes puedan decir te quiero y no arrepentirse de estar juntos a pesar de las circunstancias.
Que las peleas no sean aburridas, que puedas mirar a esa persona a los ojos y decirle gracias por estar allí, que a distancia de manden flores con una tarjeta que diga “eres la esperanza de mis días”, aunque hayan situaciones que se las quieras tirar al florista.
Un esposo es un protocolo de vida, que la una sociedad que te impone, para llenar un requisito, mientras que un compañero es aquel que lucha contigo en esas batallas que no tienen tanque de guerra.
Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), recinto Santiago de los Caballeros, trabaja como asistente de la Fiscalía del departamento de Tránsito, del distrito judicial de Santiago, es emprendedora y preparara la publicación de su primer libro sobre tema de de orientación sexual.
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