Siempre escuchaba al locutor legendario José Guillermo Sued, decir en referencia al presidente Danilo Medina, “el presidente que se acerca la gente”, como si la relación entre ciudadanos fuera un gesto extraordinario y no una acción cotidiana de los mortales.
Un integrante de la seguridad de un partido de fútbol, fue golpeado por una bola pateada por el futbolista portugués Cristiano Ronaldo, el deportista, se acercó para a ver que el hombre estuviera bien.
El atleta fue fotografiado en ese gesto y se destaca que Ronaldo es un ser extraordinario, porque se interesó en saber del agente de seguridad, es decir, que lo normal, lo común, pasar a ser raro, lo increíble, por eso pregunto. ¿El mundo está mal hecho?
El ex presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández Reyna, que en su afán por regresar al primer cargo público del país, está que se pinta la cara y se pone la nariz de colores y como se dice en el barrio, canta, baila y “despatilla”.
Fernández, va a un supermercado en San Francisco de Macorís, a comprar algo como cualquier humano lo hace y eso lo destacan como un hecho único en la historia de la humanidad.
Muchas veces vimos una imagen del entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, sostener un paraguas, acción que de inmediato desataba las comparaciones entre el mandatario estadounidense y otras figuras de ese nivel en países como el nuestro y yo pregunto.
¿Dónde está lo extraordinario de que un ser humano normal por más presidente que sea sostenga un paraguas?
El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, viaja a los Estados Unidos y opta por un vuelo comercial de precio moderado y fue fotografiado acomodando una maleta y esto lo explotan en las redes sociales, como que tenemos la fortuna de tener el mejor presidente del mundo.
¿Y qué mundo es que vivimos?, que los políticos y famosos insisten en hacerle creer a sus seguidores que ellos no son lo que son.
Otro ejemplo José Mujica en Uruguay, como presidente llamó más la atención por ser el presidente que rechazaba al opulencia del Poder, por usar su carro Volkswagen (cepillo), por vivir en su casa antigua, que por sus ejecutorias como jefe de Estado, como si sus acciones de humildad fuera una condición extraña del hombre que está de paso en esta tierra.
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