Por EVELIN VALDEZ
Cada vez que escucho a un dominicano dominicana, que por una razón u otra ha estado o reside fuera de República Dominicana, decir “este es un país de mierda”, como decimos a la criolla, “los pelos se me engrifan y me sale el barrio”.
Pues “mi país de mierda” es el mejor, no solo por ser un país caribeño, atractivos para el turismo, sino, porque somos los mejores anfitriones.
Y la pregunta es la siguiente, para esos patriotas que se expresan así de su tierra, ¿por qué si el país es tan malo, pasan 11 meses y 15 días del año trabajando de sol a luna en otros países, para venir a vacacionar a su “país de mierda”, a gastar lo que ganaron como migrantes explotados?.
Vienen para levantarse después de las 11:00 de la mañana y dormir después de las 4:00 de la madrugada, pasándola bien, entre merengue y bachata.
Se gozan con lucir un pantalón corto y unas chancletas, andar por el barrio saludando a su gente, gente buena, gente que te recibe con los brazos abiertos, esa gente que vive en ese “país de mierda”.
No me hables mal de este país, este es el mejor con todo y que las estadísticas negativas, en muchos temas sociales, como salud, educación, seguridad y otros están a la vista.
Es aquí donde el vecino te da una hoja de la mata de naranja que está en el patio, para que la caliente con “vaporú” y te quite el dolor de cabeza, te hace una sopa y hasta te acompaña a la sala de un hospital, si lo requiere.
Mi país es el mejor, sin puerta que cerrar y con gente con quien hablar.
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