La información fue dada a conocer por el prelado a través de una misiva, en la cual el propio Ozoria Acosta explicó que había solicitado al Vaticano el nombramiento de un arzobispo coadjutor con el propósito de garantizar la continuidad del trabajo pastoral y la aplicación de las líneas de acción de la Iglesia, basadas en la comunión, participación y corresponsabilidad.

Asimismo, indicó al conocer que el nuevo arzobispo coadjutor designado por la Santa Sede fue investido con facultades especiales exclusivas para el manejo del patrimonio diocesano, las cuestiones económico-financieras y la gestión del clero y del personal eclesiástico.

En ese orden, la referida designación implica la suspensión de la potestad de gobierno de Ozoria Acosta sobre dichos ámbitos a partir de la toma de posesión canónica del nuevo arzobispo coadjutor.

Ante la decisión de la Santa Sede, el arzobispo dijo sentirse tranquilo y feliz por el ministerio sacerdotal que ha ejercido durante más de cuatro décadas, indicando que sirvió a la Iglesia “con humildad y sencillez”.