MONTECRISTI, República Dominicana.-Unos seis meses de sequía en la zona noroeste de la República Dominicana tienen al borde de la desesperación a miles de personas que viven de la ganadería y la agricultura en las provincias Valverde, Santiago Rodríguez, Montecristi y Dajabón.
Muchos afectados están al borde de abandonar los campos agrícolas y pastizales, otros intentan sobrevivir con las ayudas proporcionadas por el Gobierno y los programas sociales como “Resiliencia a la Sequía”, que han montado para evitar el colapso de las comunidades que han esperado las lluvias durante meses.
Este programa funciona con el apoyo de organizaciones como la Unión Europea, Oxfan, Plan International, FAO y Programa Mundial de Alimentos.
El problema
“Con la ayuda que el Gobierno da no se salvan animales, porque le pueden dar algo a una persona, pero no lo suficiente”, afirma Pedro De Jesús Marrero (Chichito), un ganadero de la comunidad La Horca, municipio Las Matas de San Cruz, provincia Montecristi.
Chiquito, como muchos de los afectados por la seguía, cree que ya lo ha hecho todo y se aferra la fe para que haya un cambio en las condiciones climatológicas.
“Lo que son las zonas hacía la parte norte la situación es muy crítica, porque no hay agua, la producción que se mantiene con menos problemas es en la parte sur, porque es la zona que está más cerca al río Yaque del Norte”
Al tiempo que Chichito narra las precariedades que tienen de frente por la falta de agua, se lamenta de que no se hayan tomado las previsiones de lugar para encarar la situación, que en la actualidad está en el nivel más crítico no solo para los criadores del ganado, sino para la agricultura. Resalta lo que sufren las familias, ya que desde septiembre del 2018 no ven una lluvia que permita recobrar el pasto.
En las fincas no hay más que escombros secos. Ni las ovejas de la comunidad El Machete encuentran en los suelos secos algo para comer.
El hombre de campo cuenta que ha logrado que su ganado sobreviva, porque cuenta con un pequeño sembradío de hierba que moja con agua que extrae desde una pequeña presa, donde tiene instalado un sistema de bombeo.
No obstante, el ganadero explica que su situación no es la de decenas de compañeros suyos, cuyas propiedades están distantes de la presa y no pueden hacer las inversiones que se requieren para llevar el agua y solo les queda ver morir el ganado.
En conversación con personal del programa Resiliencia a la Sequía y el equipo de Acento.com.do, los ganaderos confirman que el Gobierno ha llevado alimentos y agua en camiones, pero explican que esta acción, no es suficiente, porque la crisis es muy fuerte, en esta zona, no llueve desde septiembre del 2018 y el pasto es nulo en estos momentos.
Chichito afirma que una vaca consume un mínimo de 75 o 100 litros de agua por día y que un camión de caña (camión Daihatsu) o hierba tipo caña solo alcanza para alimentar a unas 30 vacas por 3 ó 5 días.
Agrega que cuando es llevado un camión a estos lugares, donde la crisis es muy fuerte, hay situaciones en las que algunas personas se quedan con las ayudas y no llegan a todos. Hay ganaderos a quienes se les han muerto las vacas y otros animales, y han tenido que observar impotentes, sin poder hacer nada.
“Yo estoy que ni me acuesto en el corral, porque tengo miedo que me coman las vacas”, agrega Chichito, en término jocoso, en referencia al hambre que sufren los animales.
Economía
Las pérdidas por la sequía en los pueblos de la Línea Noroeste, son cuantiosas, según describen los ganaderos y agricultores, tanto en los cultivos de banana como en otros renglones.
En el caso del distrito municipal de Hatillo Palma, se producen unas 110, 000 cajas de bananas cada semana, lote equivale a unos RD $ 44 millones. Pero debido a la sequía la producción se ha disminuido, según explica Jhonny Acosta Espinal, encargado de la Junta Distrital, de Hatillo Palma.
“Lo que son las zonas hacía la parte norte la situación es muy crítica, porque no hay agua, la producción que se mantiene con menos problemas es en la parte sur, porque es la zona que está más cerca al río Yaque del Norte”, explica Acosta Espinal. La pérdida se refleja en el ganado, debido a que la búsqueda de alimentos y el agua aumenta los costos de manutención de los animales.
Los ganaderos cuentan que han tenido que dejar de lado criar novillos con fines de ventas para el mercado de carnes, porque la falta de agua y alimentos no permite tener el engorde adecuado en el tiempo requerido.
En relación a la producción de leche de vaca, establecen que en la actualidad venden el litro a RD$ 22.50, la de primera calidad, lo cual se hace difícil mantener por la mala alimentación de los ejemplares. “Aquí, en ese centro de acopio (Nestlé), se vendían hasta RD$ 3 millones, pero esto ha bajado de manera considerable”, alega Pedro De Jesús Marrero.
Galaor Hombla, alcalde pedáneo de la sección La Horca, mira al patio, donde hay unos ocho paquetes de hierba por los cuales habría pagado RD$ 1, 500.00, pero afirma que con eso solo puede alimentar a sus vacas de un día para otro.
Revela que una vaca que cuesta entre RD$ 60, 000.00 y RD$ 80, 000.00 y produce leche, hay que venderla hasta en RD$ 2, 000, antes de que muera, por la falta de alimentos.
Además del drama de los ganaderos y los agricultores, a la problemática se suma la precariedad que viven las amas de casas por la falta de agua. Lourdes Rivas Mercado explica que ha tenido que aprender a sobre usar el agua, que llevan a través del programa Resiliencia a la Sequía, además de que tiene que comprar el tanque de agua a RD$ 75.00.
“Mira aquí estoy yo, que lavé, sequé la ropa y ahí tengo el agua, para cuando vaya a limpiar el piso usar esa misma agua”, dice Lourdes Mercado.
En el patio de doña Lourdes hay una tubería, la cual, según explicó, hace varios meses que no usa porque el agua de la presa, que tiene un sistema por gravedad, y ya no llega hasta la llaves.
Comunidades del programa
Para ayudar a paliar la sequía está la asistencia del Gobierno, que lleva agua, raciones alimenticias del Plan Social de la Presidencia y una que otra ayuda para el ganado.
Las comunidades de El Machete, El Cayar, Rancho Viejo, La Horca, Cabeza de Toro, Laguna Verde y Arroyo Caña, tienen el auxilio del programa Resiliencia a la Sequía, que ha ayudado con la colocación de tinacos y tanques, para que las familias puedan recibir el agua. Además de que dan orientaciones a los afectados para que aprendan a sobrellevar la crisis.
Otras comunidades afectadas en Montecristi son El Gómez, Jaiquí, La Finca, Loma Atravesada, La Vereda, Isabel de Torres, El Rodeo, Los Desrramaderos, El Copey, Buen Hombre, Agua de Luis y Las Matas, según un listado facilitado por Álvaro Marcelino, del programa Resiliencia a la Sequía.
Qué hacer
Con la crisis encima mucho de los ganaderos han recurrido a planes de financiamientos de las industrias que compran la leche, en la zona, pero de todas maneras se advierte que sin agua es muy poco lo que puede lograr, por lo cual sugieren que aún con los planes del Gobierno se hagan propuestas propias que puedan ayudar a enfrentar este tipo de crisis.
“Aquí hay que buscar que nosotros tengamos la forma de implementar algo en las fincas, que usted no tenga que estar amparado en el Gobierno”, plantea Pedro De Jesús Marrero.
Lo que viene
En tres semanas ya la presa no tendrá agua si no llueve. “No tendremos nada, pero lo único grande es Dios y estamos a la espera de él”, dice Marrero, quien se refiere a una presa que se construyó en 1990, con fondos de instituciones europeas, entre las comunidades Los Amanaceyes y La Horca.
Desde esta presa solo se pueden suplir los ganaderos y agricultores que tienen los recursos para las instalar las redes de distribución y las bombas impulsoras, las cuales funcionan con combustible, porque en estas comunidades no hay tendidos de energía eléctrica. Unas pocas familias tienen instalado sistema de paneles solares en sus casas.
Los productores de la Línea Noroeste, de gran peso en la producción de alimentos de la República Dominicana, siguen a la espera de un milagro, y de la intervención oportuna del Gobierno para no poderlo todo.
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