Máximo Laureano/hormigradio.com
Lás Águilas tuvieron un rebase histórico en el la serie de 4, para llegar a la final y ganaron una de las series finales, más adversas de la historia, por las condiciones del tiempo, entiéndase las lluvias. Esto a mi forma de ver las cosas, hizo que muchos atletas, no rindieran en el memento en que se esperaba y que muchas jugadas, se hicieran o no, en el terreno. A eso usted le suma el protagonismo de los jueces, que me parece que con esto de las revisiones se han pasado de la línea, porque ellos pese a no tener la hegemonía, por las repeticiones, terminan con la decisión, o sea, que son ellos que ratifican o rectifican, en fin no fue una serie cómoda, para ninguno de los dos equipos y a las Águilas tocaron los 4 juegos necesarios, para ganar. Y quien gana goza, así está escrito.
Ahora lo que no cabe en mi cabeza ordenada, aunque con pelos rebeldes, es que los fanáticos de las Águilas incluidos, algunos con nivel de análisis, hayan dedicado más tiempo a la trivialidades de Franklin Mirabal, que a gozar el triunfo de la corona 21. Soy liceista desde 1973, en estos 44 años, no recuerdo de una racha de 10 años de este equipo sin ganar un campeonato, pero no es verdad que de yo de ser aguilucho, hubiera dedicado tanta energía y tiempo a las chanzas de Franklin Mirabal, yo creo que el amor por el juego debe estar más allá. El jueves el mañana, cuando el equipo campeón volaba a Méjico, Mirabal era tendencia por encina de las Águilas, en las redes sociales
¿Y quiénes lo colocaron ahí ? los aguiluchos, que escribieron más del “célebre” narrador del Licey, equipo subcampeón, que del triunfo amarrillo. Los aguiluchos, escribieron más la palabra “señores”, que Águilas.
Ahora las Águilas representan a la República Dominicana y los seguidores del béisbol, aupamos que esta selección haga el mejor papel, porque el país tiene tres años con resultados penosos en este evento, llamado Serie del Caribe. El equipo tiene 1-1, pero ahora los aguiluchos están pendiente a ver como titulan en los periódicos los resultados de cada juego. Los periodistas escriben como entienden deben escribir y hasta como quieren, si el equipo ganó o perdió, eso nadie lo va a cambiar. Pero ¿quiénes son los fanáticos, cuya objetividad por el juego está basada en la pasión, no en la razón, para decirle a los periodistas como deben escribir?.
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No es el fanático que le dice al periodista, es la ética y el respeto al público que sigue su trabajo. No se puede negar no tapar la parcialidad de quien redacta “Águilas” cuando se pierde y “RD” cuando se gana.