Máximo Laureano
Puse atención al discurso de Leonel Fernández Reyna, en el acto en cual el activista del transporte, Juan Marte Valenzuela, anunció su apoyo al ex presidente de la República y juro, mi atención en primera instancia era sustentar la redacción de una nota para los medios de información para los cuales laboro.
Pero el cinismo de este hombre y su afán “camaleonino”, de querer tapar el sol con su nariz “pincohesca”, es para detenerse y ver más allá de lo inmediato, aunque seamos isleños y no de llanuras tan basta como las Pampas de Argentina.
Es como para echar una de esas frases que nuestros abuelos exclamaban cuando se sentían defraudado por un vecino, “pero coño”, como es que se atreven a tanto.
Bla, bla, bla, para resumir que va a ganar y que está muy agradecido de esos trabajadores del transporte, agrupados en la CNTT, donde los rodea la esperanza de cambiar de vida, ante las injusticias de un sistema que los ha vendido al “diablo” a precio de záfate la braga.
Estos hombres víctimas del populismo y el clientelismo político, echan a un lado aquello de que si me engaña tres y se aventuran a un cuarto intento, quizás apelando a la frase, “pa to perdío, algo cogío”, pues algunos de ellos les han pagado RD$ 1, 000.00, por el letrero de Leonel en el cristal trasero del carro destinado al concho (transporte de pasajeros).
Y es que Leonel se pasó de gracioso y no cuadró bien sus ideas, para elogiar al sindicalista Juan Marte Valenzuela, descendiente del cacicazgo de Maguana y la Mesopotamia criolla.
El ex mandatario dijo que hace tiempo que ha venido observando a Marte y asegura que es es un lector incansable, con interés por las ideas. No lo dudo, el presidente de la CNTT, es un hombre que no se ha quedado en la acera de las protestas y las denuncias, sino, que ha ido más allá, para formarse y luchar por sus intereses con otro enfoque, pero, de ahí a decir que de manera rutinaria se comunica con el sindicalista, para discutir de los libros que ambos leen, hay mucha distancia.
Llegó más lejos, se atrevió a decir que cuando Juan le pide recomendaciones de libros, él lo hace con todo gusto y que luego Juan lo sorprende porque lo sobrepasa en el conocimiento de lo leído.
Lo primero es que cuando dice que ha venido observando a alguien es porque no lo conoce, quiere descubrir cosas de esa persona, tiene una intriga que lo motiva a hacer esas observaciones y siendo comandante en jefe del DNI, como lo fue Leonel, lo normal es que esa vigilancia sea fácil.
Lo segundo, es que una persona, con quien se discute sobre lecturas y se intercambian impresiones sobre lo leído, es mínimo un amigo, en mi país de le llama hermano, no es un desconocido de quien tú dice que hace tiempo que lo viene observando, como si se trata de la vecina o vecino nuevo que llegó al barrio.
Es una, o es la otra, pero, no las dos condiciones, la verdad que Leonel se ha tomado en serio eso de que en la República Dominicana, solo él puede conceptualizar y por eso arma este tipo de chiste de compaña, para pescar votos.
Le he contado mi inquietud al protagonista del sur y me ha dicho, “son cosas de políticos” y me asalta la duda otra vez, porque el hijo de la tierra del héroe de abril, no defendió esa amistad del hombre que lo ha venido observando.
Ahora bien, cuando Leonel dice que Juan Marte, lo sorprende con la lectura de los libros recomendados, habrá pasado o pasará como con la obra “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez, que según lo contado por Leonel una y otra vez, él sorprendió al maestro Juan Bosch, con la advertencia de que el escrito magistral del Gabo, tenía un error, ¿está el intercambio de Juan Marte y Leonel a ese nivel?.
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