ABOGADO JUAN CARLOS ORTIZ LLAMA RESCATAR PROFESIÓN DEL DESCRÉDITO

HR.

Abogados se manifestaron desde el Monumento de Santiago de los Caballeros.

En el día nacional del abogado, Juan Carlos Ortiz, presidente del Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES),  quien es profesional del derecho, llama a la atención en relación al descrédito y vergüenzadel oficio en la actualidad.  A continuación  sus palabras.

“Esta nueva fecha en que celebramos el día y la semana del abogado nos encuentra a
quienes ejercemos esta noble profesión sumidos en el total descrédito, por otros malos
colegas que han hecho del uso de la toga una vergüenza, de los tribunales su campo de
batalla y de las leyes un uso retorcido para sus más despreciables obras. Sin embargo,
somos más los que nos desenvolvemos en esta carrera de las Ciencias Jurídicas con
gallardía, decoro y seriedad.
Somos más los que nos llevamos el problema del cliente a nuestras casas hasta encontrar
la solución adecuada a sus requerimientos. Somos más los que no nos detenemos hasta
rendir un servicio óptimo para ese ciudadano que, ante una necesidad determinada, ha
buscado nuestra asistencia.
Los que desfallecemos de frustración e impotencia cuando, a pesar de no ser por causa
nuestra, no podemos responder con la eficiencia y eficacia esperada, por motivos propios
de una estructura desigual, lenta y apática respecto a la que poco podemos hacer.
Pero, como bien expresó Charles Dickens, “Si no hubiese gente mala, no habría buenos
abogados”.
Y para ese abogado productivo, tenaz, activo y que se preocupa permanentemente en
mantenerse informado del acontecer que le circunda y actualizado de todas las novedades
que tocan su labor, es que va dedicado este día.
Al abogado estudioso, juicioso, mediador y elocuente que defiende los intereses de su
cliente como propios y que no se detiene hasta obtener la justicia que se merece.
Al que respeta los estamentos legales y a los funcionarios y operadores del sistema de
justicia, pero no siempre recibe el mismo trato.
Al que debe soportar muchas veces el desdén de sus problemas por parte de un servidor
que tiene los propios.
Se podría decir que somos muchos, hasta demasiados, sin embargo “Abogado es la única
profesión que cuanto más hay, más son necesarios”, como afirmó Robert Lucky.
Es cierto que algunas personas no les gustan los abogados, pero esto ocurre hasta que lo
necesitan y se convierte en el gladiador de su causa y talvez la única esperanza para
resguardar o rescatar de sus bienes, los más preciados: la libertad y el patrimonio.
Los primeros que debemos defender y sentirnos orgullosos de esta profesión somos
nosotros mismos y no permitir que seamos denostados por la falta de escrúpulos de unos

cuantos, que, por sus escandalosas fechorías, resaltan frente a esa gran masa de
licenciados en Derecho que ostentamos la toga y el birrete con la frente en alto y el alma
pura.
Solo podemos ser respetados si comenzamos haciéndolo nosotros mismos. Que en
nuestra presencia nadie nos falte al respeto por deslices que, aunque imperdonables, no
son los nuestros.
Si no defendemos nuestra clase, nadie los hará por nosotros para exigir el trato digno que
merecemos como los primeros usuarios de los servicios judiciales.
No se trata de levantar una trinchera o disparar a muerte contra los operadores de los
tribunales, jueces, fiscales o servidores judiciales. Ellos, al igual que nosotros, sufren sus
propias carencias y nuestras necesidades no le son ajenas; se trata entonces de colaborar
para que, entre todos, alcancemos las metas comunes de lograr un ideal de justicia al que
todos aspiramos.
Un abogado preparado es justo y eso es justo lo que este país necesita.
Muchas gracias”.

Juan Carlos Ortiz A.
Abogado.

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