Máximo Laureano (click para ver más)
El Gobierno se abstiene de cerrar los aeropuertos, con los ojos puestos en lo que aporta el turismo, pero, el pueblo desconfía e interpreta que con la decisión de no parar el tráfico aéreo las autoridades quieren mandar un mensaje de que todo está bien, aun cuando no sea así.
El país (República Dominicana) está en un proceso electoral, para elegir a las autoridades municipales, para los próximos cuatro años. Ante la situación de la enfermedad del Coronavirus, lo aconsejable era la posposición de las votaciones, pero, ya hay una suspensión del 16 de febrero; y por más que desde el Gobierno explican, la mayoría del pueblo cree que el oficialismo provocó el caos.
El Gobierno ha entendido que los casos de Coronavirus, en el país, no suficiente razón para suspender por segunda vez, las elecciones, pero, hay una masa del pueblo que no le cree y considera que el Gobierno no suspende las elecciones, porque el miedo al virus, podría desencadenar en una abstención que favorezca al partido oficial.
De ahí el trasiego de informaciones que han generado alarma, porque se cree que el brote del Coronavirus es tal, que a partir del lunes 16 de marzo del 2020, los números serán escandalosos y esto siembra la duda, aún en aquellos que no se prestan para reproducir los mensajes alarmistas.
Pero, ¿cómo creerle al Gobierno, si la costumbre ha sido mentir?, aun cuando el problema no sea tan grave como ahora.
La cultura del “secretismo estatal”, sembrada por los siglos de los siglos por el populismo político, ha hecho que el Gobierno, coseche esa desconfianza, que hace que en una situación como el Corovirus, el pueblo sea incrédulo.
Si el Gobierno dice no hay caso, el pueblo responde, que hay casos, pero, que no lo quieren decir.
Si el Gobierno admite que hay casos, el pueblo exige números y dice no quieren dar los números para escandalizar.
Si el Gobierno dice por ejemplo; son dos casos, el pueblo dice, no, son 10.
Si el Gobierno dice que son 10 casos y coincide con el pueblo, el pueblo dice que estaba claro que eran 10, pero, que el Gobierno lo quería ocultar. Como ven en este ejemplo, la desconfianza del pueblo, es justificada, porque la cultura ha sido mentir para quedar bien y no dañar al Gobierno de turno, sin importar los colores.
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