Por EVELIN VALDEZ
Un paro de labores, huelga o protesta como lo quieras llamar, desde mi perspectiva, no es quemas neumáticos, lanzar piedras o llamar al disturbio público es exigir nuestros derechos, amparado, en la Constitución de la República.
Quiero un día, sin comprar en ningún supermercado, para que los dueños que están sentados en sus tronos de millones de centavos que nos roban por la falta de educación ciudadana, que se conforma con caramelos (mentas), como devolución, entiendan que la pobreza nos arropa y sus precios estén altos.
Que todo ciudadano que tenga un vehículo de motor quien se traslade a su trabajo en una bicicleta, o a pie, haciendo referencia, de no más alzas a los precios de los combustibles.
Decirles no al sistema del transporte “concho”, ya que cuando sube, el combustible, sube el precio del pasaje y cuando baja se quedan igual.
Sabemos que todos ellos son PDF (padres de familia), yo igual y tengo el mismo sueldo hace una década.
Y si del costo de la energía eléctrica hablamos, hay mi madre, como decía mi abuela “ahí es que la puerca retorcido el rabo”, eso es como la espuma en la cerveza sube y sube.
Queremos buena educación para nuestros hijos, pero un dilema, nos podemos pagar las altas tarifas de los colegios buenos, porque un grupito se le antoja y la educación pública es mala. Aun cuando los profesores ganan de manera decente, pero con la mente contaminada, solo por el hecho de ser sector público.
Queremos aprender aquí, vivir aquí, que países desarrollados no sean centro de una visión a futuro, que no haya necesidad de mandar a nuestros hijos al extranjero, para una buena maestría.
Ciudadanos; no hay que subir un cartel diciendo lo que necesitamos, el Estado debe entender de una forma pacífica y clara que el pueblo no aguanta más.
Impactos: 30