Por Julián Herrera
La gestión del mayor general Eduardo Alberto Then representó 20 años de retraso institucional para el cuerpo del orden, de acuerdo con la Sociedad de Generales Retirados de la Policía Nacional (SOGRAPOL), que le achacó no tener “capacidad mental de dirigir una institución policial como la nuestra”.
A través de un comunicado, la SOGRAPOL dijo le preocupa que se repita lo ocurrido en la gestión recién pasada, “donde teníamos a un director general (Alberto Then) que no estaba en capacidad mental de dirigir una institución policial como la nuestra”, por lo que solicita al presidente Luis Abinader, “y a los próximos mandatarios” que, además de capacidad y honestidad, se le realice una evaluación de salud mental a quien nombren como nuevo director de la Policía Nacional.
De acuerdo con ellos, “esa fue la razón del estancamiento institucional” durante su mandato que estuvo plagado, aseguraron, de “vejaciones, acosos, abusos y maltratos hacia oficiales generales y en los niveles inferiores” de quienes integran la Policía Nacional.
“[…] la Policía no dio un solo paso de avance en cuanto a su reforma y modernización, y todo se convirtió a lo interno de la misma en una desastrosa, destructora y mortal guerra de guerrilla que retrasó por lo menos 20 años su avance institucional”, remarcaron textualmente.
“Triquiñuelas, pillaje y diversas irregularidades”
Además, criticaron que se le haya otorgado al exdirector una prórroga de seis días para la entrega del mando, durante la cual, según afirman, “ocurrieron triquiñuelas, pillaje y diversas irregularidades en el proceso de cambio de mando”.
Sin embargo, reconocen que el presidente Abinader tiene buenas intenciones de mejorar la institución y las condiciones de vida de sus miembros, y de crear una policía moderna que se adapte a los nuevos tiempos, pero insistieron en que “con la pasada gestión resultó imposible”.
La SOGRAPOL espera que, con la designación del mayor general Ramón Antonio Guzmán Peralta, “haya progreso, unidad y armonía en el cuerpo del orden”, y que, según dicen, nunca más se designe a una «persona con trastornos mentales» para dirigir la institución policial.
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