Por MÁXIMO LAUREANO
La conformación de un nuevo sindicato de empleados en la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan) ha generado um conflicto entre los trabajadores, que desde ya se disputan el dominio a lo interno de la institución de la administración estatal.
A raíz del surgimiento del nuevo grupo, cuya directiva juró el 10 de junio del 2022, se advierten enfrentamientos en los cuales ambos bandos -como en los tiempos de la lucha política entre bolos y coludos de principio del siglo pasado- librarán batallas por el control institucional.
Los recién agrupados en el Sindicato Unido de Trabajadores de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Sutracoraasan) hacen promesas de cambios y mejoras en los beneficios y derechos adquiridos de los trabajadores y ponen el sello de “antidemocrático, poco transparente e infucional” al Sindicato de Trabajadores de la Corporación de Acueducto de Santiago (Sitracoraasan), un gremio que suma 44 años de conformado, un año menos que Coraasan.
La mayoría de los afiliados al Sutracoraasan son empleados que llegaron a la institución a partir del cambio de Gobierno, en agosto del 2020, y que reclaman participación en el activismo sindical.
Los nuevos sindicados alegan que los estatutos del Sitracoraasan “son reglas dictatoriales”, porque alegan que no se le permite a un trabajador formar parte de una plancha electoral los primeros cinco años en la Coraasan. Los recién llegados a la institución además no ven bien que para aspirar a la Secretaría General uno de los requisitos sea sumar al menos siete años en la institución.
“Asume la democracia interna y garantiza la participación en calidad de iguales de todos los empleados de la institución”, alega Jonás Peña, secretario de organización del nuevo grupo, que también cuestiona los pasados procesos eleccionarios del Sitracoraasan.
“Mejorar la relación de representación de los empleados, proponer mejoras en la evaluación de desempeño del personal y proponer mejoras en el salario de los obreros con menor ingreso”, es otra de la proclama del nuevo grupo sindical.
En su defensa
En relación a la creación del nuevo sindicato, los empleados que pertenecen al Sitracoraasan se refieren al grupo como “un invento, como un grupo que se desvanecerá porque no tienen asidero legal”.
José Domínguez, secretario general del Sitracoraasan, considera que no se trata de un sindicato sino de “un grupo de apandillados de la Gerencia General de Coraasan, con la intención de desprestigiar al gremio y desaparecerlo, para librarse de los reclamos”.
Domínguez se refiere al nuevo grupo sindical como un “mamotreto” y sostiene que el actual director general de Coraasan, Andrés Burgos, usa la misma estrategia que la gestión pasada, del Partido de la Liberación Dominicana, (PLD) y Silvio Durán, para desmontar el Sintracoraasan.
“Esto no es nuevo, esta administración está copiando, ejecutando estrategias que son propias de la gestión anterior. Yo digo que no hay una gestión que se parezca tanto a la gestión anterior como esta”, afirma Domínguez y agrega que una sentencia de la Suprema Corte de Justicia avala la transparencia con que se maneja el Sintracoraasan.
Domínguez sostiene que cuestionar la transparencia del Sitracoraasan no es fortaleza para el recién creado sindicato, “porque en el gremio cada peso que entrega un empleado se le devuelve en beneficios, de acuerdo a lo establecidos en los lineamientos sindicales”.
El secretario general del Sitracoraasan alega que la juramentación del nuevo grupo sindical “ha sido posible por las exigencias que hacen ejecutivos de la administración de Coraasan, para nuevos y viejos afiliados del antiguo gremio, para que estos renuncien y pasen al nuevo grupo”
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